miércoles, 17 de agosto de 2016

La historia de la MODA



En la Antigüedad Clásica

En Grecia se usaba el lino, la lana y algodón y mas tarde la seda con prendas de piezas rectangulares ribeteadas por los cuatro lados, sin costura ni dobladillo, acompañadas de fíbulas y cinturones. 

En Roma se usaban las mismas telas, pero estas a veces eran entremezcladas. primeramente se uso para confeccionar taparrabos, luego para confeccionar túnicas (unas con mangas y otras sin mangas); cualquiera de estos se acompañaba con una toga, este según la ocupación vareaba. Para los filósofos eran mas estrechas, para los guerreros era mas ceñida y las de los sacerdotes y magistrados eran purpuras con bordes de oro.
Para las mujeres era un taparrabo sobre el que iban las túnicas, estas eran hasta los pies y sin mangas, encima era colocado un manto que era colocado sobre la cabeza significaba la viudez. 


Edad Media 

Los pueblos germánicos que acabaron con el Imperio Romano introdujeron la práctica de coser la ropa, y usaban prendas de lana, generalmente una túnica corta de mangas largas, unos calzones largos o pantalones  y un sayo sobre los hombros. En la edad media el material más utilizado fue la lana, siendo muy apreciados los paños de Frisia el lino fino se usaba para camisas y calzas. Por lo general, el hombre llevaba dos túnicas: una fina de hilo a modo de camisa, llamada brial, y otra de lana más larga, de mangas estrechas y ceñida con un cinturón de cuero; además, llevaba calzones y una capa. 


Edad Moderna
En el renacimiento surgió el concepto de moda tal como lo entendemos hoy día, introduciéndose nuevos géneros y adquiriendo la costura un alto grado de profesionalizan. En la Italia renacentista aparecieron los trajes más ricos y espectaculares de la historia, de vivos colores y formas imaginativas y originales, otorgando gran relevancia a las mangas, a los pliegues y a las caídas de tela de forma vertical, con finos bordados y rica pasamanería. En el atuendo femenino apareció el corsé, que ceñía la cintura, sobre una falda en forma de campana llamada crinolina, hecha de tela y crin de caballo, y reforzada con aros metálicos.


Siglo XVII
El atuendo era similar al del siglo anterior, con camisas de mangas anchas con corbata y chaqueta, y calzones hasta las rodillas y medias. La casaca se estrechó hasta el punto de no poder abrocharse. En el traje femenino se dio el estilo Watteau, con faldas muy voluminosas sobre crinolina, con grandes drapeados en forma de pliegues y cola hasta el suelo.

Siglo XIX

La vestimenta era prácticamente la del hombre moderno: el frac se fue acortando y anchando, tomando la forma de la actual chaqueta; el pantalón era amplio por arriba y se fue estrechando hasta el tobillo; la capa se sustituyó por abrigos de corte recto. En la mujer el talle se bajó a la cintura, con mangas anchas y hombreras, y faldas anchas de amplio vuelo y pasamanería.

Siglo XX

La moda masculina continuó siendo de ascendencia inglesa, mientras que la femenina estuvo marcada por la costura francesa. En general, la indumentaria se fue simplificando, cobrando mayor relevancia el carácter práctico y utilitario de las prendas, así como su aspecto deportivo y urbano. En moda femenina, las faldas se acortaron, apareciendo la minifalda, y empezaron a usar pantalones como los hombres, surgiendo la moda unisex. Hacia mediados de siglo los dictámenes de la moda pasaron a Estados Unidos que impuso un tipo de moda juvenil, práctica y deportiva, ejemplificada en el blue-jean o pantalón vaquero.

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